Buenas tardes, gracias por acompañarnos, en este día, a la comunidad toda de nuestra facultad de ciencias politicas y sociales en este acto, que esperamos año a año, para celebrar el logro que cada uno de esos titulos, que han jurado ejercer con dignidad, representan.
Esta colación es nuestra máxima celebración, es por esto que nos acompañan, el vicerrector, las decanas, decanos, vicedecanas y vicedecanos de todas las facultades de nuestra querida y valorada universidad nacional de cuyo.
También decanas/os y videcanos/as mandato cumplido, consejeras y consejeros directivos, secretarias y secretarios, directores, directoras y vices de nuestras carreras, personal no docente de apoyo académico, administrativo, colegas docentes.
La de hoy es una colación en un año que ha resultado muy adverso y aun así, contra viento y marea, redoblando esfuerzos cada uno de uds, sus familias, nuestra facultad y esta universidad: estamos aquí, celebrando 255 profesionales, de las 14 carreras de pregrado y grado y de las 15 de posgrado que ofrecemos.
A quienes hoy se gradúan:
Les deseamos con todo nuestro corazón que disfruten plenamente la alegría que se vive al alcanzar este anhelo. Disfruten esta felicidad que hoy nos invade al ver que esa meta, que en el último tiempo parecía alejarse, sí, se hizo posible.
Felicitaciones por la constancia y el esfuerzo.
Este año quiero expresar un especial reconocimiento a nuestra estudiantina, como dice la canción de violeta parra, que este año puso horas extras, fuerza y corazón en defensa de su facultad, de su universidad y de las universidades de todo el país.
Y también a quienes fueron compañía y ayuda sostenida, en esos momentos en los que el camino parece tornarse cuesta arriba: sus familias, sus amistades, sus amores ¡Cuántos mates habrán cebado!
Como comunidad educativa siempre apostamos a que sus anhelos y expectativas, en el compartir de nuestras aulas, se hayan transformado, ampliando sus horizontes, haciendolos infinitos.
Creemos que es, precisamente en esa experiencia compartida, en una clase, una práctica, en los pasillos, en las asambleas, en las militancias, en las calles: en definitiva, en lo común -donde reside aquello de lo que se trata ser universitarios/ universitarias-.
Recuerden siempre que la palabra universidad del latín universitas, significa "el conjunto de todas las cosas" y universum, significa "reunido en un todo".
Estos terminos se usaban cuando surgen las primeras comunidades de estudios y oficios precisamente para referirse a su aspecto colectivo. No siempre las personas tuvieron la dicha de poder reunirse, encontrarse periódicamente con otros y otras para construir conocimiento.
En épocas como éstas, cuando todas las certezas están puestas en duda, no olvidemos lo importante que esto es. Ya la pandemia nos permitió valorar lo irremplazable de aquello fundamental que ocurre en ese encuentro físico, real, con nuestras humanidades, trabajando juntos para conocer más.
Si pensamos la actualidad de nuestras universidades comparativamente, potente herramienta para el conocimiento y la investigación, es muy parecida a lo que esta ocurriendo con los clubes.
Los hay grandes, medianos y pequeños, dedicados a distintas disciplinas.
Los que están en el corazón de sus comunidades son queridos y defendidos, porque son un lugares de encuentro, de proteccion, de comunidad.
Como nuestras aulas: donde se encuentran las diferencias, donde se aprende a respetar la diversidad de opiniones, posiciones e ideas.
Al igual que en los clubes, en las universidades públicas queremos estudiantes: no dueños, ni clientes.
Si creemos profundamente, que la educación superior gratuita, es un pilar fundamental para el desarrollo, nuestro país y sus habitantes, estamos llamados a decir, claramente, que la educación no puede comprarse y venderse en el mercado como una mercancía cualquiera.
Ustedes, como graduades son frutos del esfuerzo de una patria entera que sostiene a la universidad pública, laica y gratuita, recuerden siempre que a ella nos debemos como profesionales. Y es justamente en momentos duros, como los que estamos viviendo, que su tarea se hace indispensable.
Nos han agredido, denostado, han dicho que no somos útiles que nuestras carreras deben cerrarse… Personas que están muy lejos de ejercer sus profesiones con los altos standares que formamos a nuestros comunicadores y comunicadoras. Muy lejos de los altos standares con los que preparamos a técnicos/as, a especialistas, licenciados/das, magísteres, doctores y doctoras para investigar, para la gestión de políticas e instituciones públicas, para incorporarse a organizaciones sociales, a empresas y para desarrollarse de manera independiente.
Quienes amamos lo público y le dedicamos nuestra pasión, aun sabiendo que es perfectible y que ello requiere una tarea constante, como todo, no dejaremos de trabajar en ello.
Porque creemos profundamente en que somos mucho más que clases en nuestras aulas y en los municipios, en los penales, en los barrios. Somos extensión, ciencia, vinculación.
Por esto tenemos que seguir contando a la comunidad toda que desfinanciar las investigaciones, encerrarnos en las aulas por falta de recursos para movilizarnos, tiene un impacto enorme, no solo en la facultad sino en cada rincón al que llegamos con nuestro trabajo.
Sabemos que la sociedad mendocina valora lo que hacemos, por eso nos acompaña masivamente en las calles.
Ese respaldo es una enorme responsabilidad. Nos da un mandato para seguir defendiendo a la educación pública, para mejorar todo lo que tengamos que mejorar y rendir cuentas, como hemos hecho siempre. En esta tarea nos encuentran todos los días.
Este año también ha sido especialmente duro porque vemos, día a día, como compañeras y compañeros de trabajo, estudiantes y sus familias transitan situaciones dolorosas. Nuestra comunidad ha sufrido muchas perdidas. La crisis y la tensión permanente va dejando mella en los cuerpos, las mentes y las almas. Siempre tendrá gusto a poco lo que podemos hacer en estas circunstancias.
Como cientistas sociales, ustedes están formados para interpretar, comprender y explicar estos momentos históricos en los que cuesta dilucidar el rumbo de los acontecimientos.
Y están adoctrinados, sí, adoctrinados para trabajar siempre colectivamente, en equipo, usando todas las herramientas que una educación crítica, transformadora y de calidad ha puesto a su disposición, y que celosamente hemos procurado brindarles, provengan de donde provengan.
Este es nuestro máximo orgullo.
Porque creemos profundamente, que la educación nos iguala como pueblo, y este es para nuestra facultad un valor irrenunciable: aportar a construir un país donde cada día exista menos discriminación por razones de género, edad, étnicas, políticas, religiosas, menos desigualdad económica, menos odio y más amor para construir una patria justa, libre y soberana.
Hace pocos dias, en todas las universidades del país, celebramos los 75 años de la sanción del decreto 29.337, durante la presidencia de Juan Domingo Perón, que estableció la gratuidad de todas las universidades públicas del país. Gratuidad que hoy vuelve a estar en disputa, gratuidad que fue anulada en los gobiernos dictatoriales y recién definitivamente recuperada hace 41 años, junto con la democracia en 1983.
Muchas luchas debieron librarse para consolidar gratuidad y democracia. Recien en 1994 se incorporó, junto con el mandato de sostener la gratuidad, el principio de la autonomia universitariaen la constitución nacional.
No fue hace tanto.
Como no vivimos encerrados en el campus, reafirmamos que no es posible una universidad sin problemas en una comunidad que pasa penurias. También los estudiantes reformistas, ya en 1918, planteaban lazos de solidaridad con el movimiento obrero, en la idea de una universidad de puertas abiertas a la sociedad, y a todos los ciudadanos.
Por todo esto y porque podemos anticipar la profundidad de las consecuencias de las políticas que se están implementando. Porque sabemos que no es bueno gobernar sin presupuesto. Porque la vemos, sabemos que la mejor manera de honrar estos legados y el esfuerzo que nuestro país ha hecho por siglos, es explicando que los derechos que hoy gozamos no siempre estuvieron allí.
Esta comunidad educativa de la UNCuyo, representada en esta mesa académica, que abreva en las más variadas vertientes disciplinares e ideológicas, en unidad, seguiremos reclamando, que las políticas que han desfinanciado totalmente la investigación y la extensión en nuestras universidades públicas tienen que cesar inmediatamente, así podremos comenzar a revertir el impacto.
Cuanto antes contemos con los recursos para hacerlo menor será el tiempo que nos llevará reparar el daño inflingido.
Si de algo sabemos, en las ciencias sociales es de luchar, reparar y reconstruir.
Muchas veces, como en estos días, hemos sido foco de ataques destructores, han cerrado nuestras carreras, expulsado a nuestros estudiantes, perseguido, cesanteado, desparecido y exiliado a nuestros docentes.
Como dice Galeano, con los nadies de estas tierras, caminamos a la par y con los poderosos damos pelea de igual a igual, con la razón y la investigación como escudos. Mostrando que las cosas no tienen que ser siempre igual de injustas y que las utopías mueven montañas.
A la sociedad toda, la sociedad que trabaja, produce y busca el desarrollo económico y social, de su gente y de los pueblos hermanos, con dignidad, ponemos nuestros saberes, y experticias a disposición: ésa es nuestra misión.
Incomodamos por ello, eso es claro.
Los formamos para hacer de las utopías instrumentos de transformación.
Sabemos lo que hacemos, y lo que valemos, pero a veces nos cuesta transmitirlo. Permítanme algunos ejemplos:
La ciencia política ha sido especialmente denostada, déjenme contarles que una parte importante de las investigaciones se centra en el análisis de los procesos electorales, especialmente los complejos, y de los mecanismos de nominación de las candidaturas partidarias.
También están siendo perseguidos los estudios feministas, como todos saben, déjenme contarles que son un campo de saber donde se vinculan profesionales de muchas disciplinas, para clarificar la relación entre las construcciones sociales, la economía, la política, la historia y la cultura, mostrando las desigualdades para las mujeres y diversidades. Por ejemplo, explican porque por el mismo trabajo, en el mismo lugar, las mujeres suelen cobrar salarios inferiores.
La sociología de la educación, también ha sido foco de ataques concretos, haciéndola desaparecer en el nivel secundario y superior, déjenme contarles que esta rama se dedica, especializadamente, a comprender la educación en el contexto social en el que se desarrolla, con foco en la relación entre el proceso educativo y las sociedades que lo contienen.
Entre nuestro muchos aportes voy a mencionarles uno más, para que puedan usar cada vez que les pregunten che…y tu hijo/a… que hace recibiéndose en sociales…..y puedan concluir rápido ese diálogo infructuoso. Mi colega la decana de Exactas me lo hizo ver: somos las sociales las que estudiamos cómo es que los desarrollos científicos y las innovaciones tecnológicas llegan a ser aceptados por la sociedad, qué obstáculos se pueden encontrar en el camino y cómo superarlos.
Podemos saber cuantos contaminantes tiene un río, en alguno de nuestros 4 oasis, pero si no conseguimos que la comunidad deje de consumir ese agua y se potabilice no podemos evitar muertes y ahí, somos indispensables para trabajar con esas comunidades.
No alcanza con haber desarrollado vacunas, o con saber que existe el cambio climático, hace falta que este conocimiento sea socialmente apropiado para que llegue a tener un impacto en nuestras creencias y en las conductas.
Y la cuestión de cómo hacerlo es una que requiere abordar científicamente la forma en que vivimos en sociedad, no los virus, las capas de la atmósfera o las células del aparato digestivo.
Es una cuestión de las ciencias sociales.
Otro ejemplo que ya hemos incorporado y hasta forma parte de nuestras conversaciones del fin de semana. No basta con establecer cuál es el umbral de alcohol en sangre a partir del cual nuestro tiempo de reacción está suficientemente afectado como para que lo mejor sea no manejar: suena complicado pero a que si les digo que es importante asignar un conductor responsable todos sabemos de que estamos hablando.
Creánme que esto es así no por casualidad, sino porque hace décadas que trabajan especialistas en comunicación de la salud, en políticas públicas, en sociología comunitaria, trabajadoras sociales y productoras de contenidos audiovisuales por todo el mundo.
Es fundamental comprender las condiciones en las que las comunidades y también la política recibe la ciencia y sus mensajes y, para ello (y muchas otras cosas, como reducir la pobreza nada más y nada menos).
En épocas de negacionismos de la ciencia y de la historia necesitamos contar con la mejor ciencia social posible.
Para finalizar me gusta apelar en las colaciones a una bella idea: recuerden que el imperceptible aletear de las libélulas, dicen, que puede producir tsunamis. Por eso estamos felices de tener este auditorio lleno.
Vuelen, como las libélulas, por muchos cielos y hagan su trabajo como excelentes profesionales comprometidos con las transformaciones, seguramente necesarias para hacer de todo lugar en el que ejerzan un lugar más justo, más inclusivo, más solidario donde la salida nunca sea individual, sino por el contrario, preocupándose siempre por construir caminos multitudinarios, sólo así una sociedad más justa e igualitaria donde todas, todos, todes puedan realizarse será posible.
Confiamos en la tarea que hemos hecho juntos/juntas en estos años, en nuestras aulas.
Muchas gracias.