Marcelo Pérez es licenciado en Ciencias Políticas, máster en Políticas Aplicadas, máster en Estudios Contemporáneos de América Latina (Universidad Complutense de Madrid) y doctorando en Estudios Urbanos (Universidad General Sarmiento).
En esta oportunidad, Pérez habló sobre lo que significan las prácticas socioeducativas y los objetivos que tuvo el taller de Aprendizaje en Comunidad, organizado por la Secretaría de Extensión de la FCPyS. Además analizó brevemente el concepto de extensión crítica, y expresó qué deberían plantearse las Universidades Públicas.
¿De qué se trató este taller de formación “Aprendizaje en Comunidad: hacia la implementación de las prácticas socioeducativas"?
Fue una instancia de formación teórico-práctico y vivencial sobre contenidos de la extensión; modelos de extensión, de los procesos de construcción metodológica y de cómo trabajar con las comunidades a partir de prácticas socioeducativas, planteada por los compañeros de Vinculación Social de la Secretaría de Extensión de la FCPyS.
Tuvo como finalidad verter contenidos conceptuales – metodológicos, conocer herramientas metodológicas para el trabajo comunitario y para las metodologías participativas. A su vez aplicar esas herramientas en cuatro organizaciones locales. La idea es que sirva como punta pie en los procesos de vinculación que tiene la UNCUYO, y en particular la FCPyS, con estas organizaciones.
En un primer momento, lo que hicimos fue una instancia teórico-conceptual. Luego se llevó a cabo el trabajo de campo con el Consejo Asesor de INTA de Luján de Cuyo, el Bachillerato Popular Violeta Parra del Barrio La favorita, la Unión de Trabajadores Rurales sin Tierra (UST) de Lavalle y Giramundo (TV Comunitaria) de San José Guaymallén.
¿Cuál es el nuevo concepto de extensión que usted desarrolló en la instancia teórico – conceptual del Taller?
La extensión es una función académica que las Universidades públicas Latinoamericanas han tenido en discusión desde principios del siglo XX y que no es ni más ni menos que la preocupación de la utilidad o el valor social, de ese conocimiento y de la universidad para esa sociedad, esa comunidad o ese país.
Se ha pasado por distintas concepciones de extensión. Se ha considerado extensión desde cualquier cosa que se haga por fuera de las Universidades hasta conceptos más rigurosos desde el punto de vista más metodológico – académico, que tienen una discusión política, académica, epistemológica y metodológica, donde se plantean otras ideas y formas de asumir el acumulado de varias generaciones de universitarios haciendo extensión.
Hace un par de años, a nivel institucional se ha discutido la curricularización de la extensión, ponerla en los planes de estudio, hacer que la extensión dialogue con la práctica habitual de un docente y de un estudiante.
Esta nueva idea de extensión que se ha planteado es que de alguna manera sea superadora y que plantee más claramente la intencionalidad al servicio de quién está la Universidad. Hacia ese sentido va la “extensión crítica”. Esta surge de pensar a la extensión no como algo que se extiende hacia afuera, que se da en términos de unilaterales, que brinda un servicio, genera asistencia, asesoramiento y transferencia, sino como un proceso educativo donde se pone juego algo que se va a aprender y algo que se va a enseñar entre los actores universitarios y los otros.
Desde esta perspectiva se plantea a la extensión crítica como un proceso educativo transformador, como un espacio de diálogo entre el saber académico y el saber popular. Esto tiene que ver con reconocer que los otros tienen un saber a poner en juego en los vínculos, en los espacios que se generan juntos y tiene que ver que ese encuentro que se da con otro. También la idea de extensión, es una fuente para guiar, discutir, reorientar los planes de estudio y nuestras agendas de investigación.
¿Qué deberían plantearse las Universidades Públicas?
Sería interesante que las Universidades públicas realicen dos cosas. En la actual etapa del capitalismo en el que vivimos que se planteen por el lugar del conocimiento, ya que siempre este fue un factor de poder y hoy aún más.
Y la otra es que las Universidades públicas que son financiadas y corresponden al conjunto de la comunidad asuman un rol. Que puede ser que estén al servicio de la reproducción de las desigualdades y de lo que hay, o al servicio de poder pensarse como agente que colabore en las transformaciones de los sujetos sociales.
Si bien la Universidad no va a transformar la realidad pero puede estar al servicio de aquellos que la quieran transformar o de aquellos que la quieren reproducir. Esa es la cuestión, que la Universidad se asuma como un agente puede estar al servicio de las grandes mayorías o puede estar al servicio de las empresas, ser servil de algún partido u organización concreta.
Lo que planteamos es que esté al servicio de organizaciones o sujetos que buscan transformar la realidad. Por eso es muy importante la vinculación Universidad y organizaciones y/o movimientos sociales.
¿Qué siente al realizar su tarea de extensión, tanto en la docencia cómo en las organizaciones?
Cada vez que uno trabaja con otro se vuelve a entusiasmar, le encuentra sentido al para qué estudió y para qué enseña. A mí me genera una motivación y muchos procesos de aprendizaje y formación al trabajar con el otro.
También implica conmoverse, dar lugar a la incertidumbre, plantearse el sentido y la utilidad de lo que uno hace. A su vez este trabajo con el otro genera la necesidad de saber, conocer, investigar y aprender más; además de buscar formas de que realmente tenga utilidad lo que uno hace y se adecue más a ese otro con el que está trabajando.
En ese sentido, es que me parece que no sólo puede estar restringido a las aulas, laboratorios o cátedras sino que el salir a trabajar con otros genera otras instancias para aprender, conmoverse y sobretodo plantearse la utilidad y la validez social de lo que uno está haciendo.
¿Por qué son importantes este tipo de encuentros?
Con UNCUYO y con otras Universidades hemos generado redes entre docentes y estudiantes. Tenemos capacidad de intercambio de formación como fue este taller de formación “Aprendizaje en Comunidad”. Es muy interesante poder conocer la experiencia y las realidades del otro. Además de poder entender que no siempre lo que uno hace es nuevo sino que puede haber otros que también están tratando de hacerlo.
Es verdad que nos necesitamos unos a otros para poder acompañarnos en este proceso de cambiar nuestras Universidades y para servir mejor a nuestros pueblos.
El aprender de la experiencia del otro, ha sido un poco el ejercicio de por qué venir para acá e incorporar este tipo de encuentros como parte del trabajo universitario docente. De hecho hemos aprendido mucho de la UNCUYO y de su trabajo en cárceles, con personas privadas de libertad; y también hemos aprendido de otros compañeros en otras instancias. Esto genera intercambio teórico – conceptuales, pero también muchos vivenciales.
Compartir el trabajo en grupo, la experiencia misma de ir a terreno y trabajar con las organizaciones permite vernos en acción y aprender juntos. Eso es lo que tiene la extensión aprender haciendo y no sólo debatiendo teóricamente.