El impacto de la declaración de medidas preventivas para afrontar la pandemia del covid 19 representó en el ámbito educativo un desafío inminente para contrarrestar la suspensión de las actividades institucionales presenciales.
Desde marzo del 2020 el sistema educativo incursionó en estrategias para el sostenimiento de los ciclos de formación. De acuerdo con cada jurisdicción y nivel, se implementaron distintas alternativas para sostener el proceso educativo. A nivel universitario se adoptó la virtualización como un proceso viable para adaptar un desarrollo curricular propio de la modalidad estrictamente presencial.
Un proceso acelerado para poder familiarizarse con múltiples productos, herramientas provenientes de la tecnología web con funcionalidad educativa; principalmente aquellas que permitieran plasmar, conservar las propuestas curriculares de los programas en aulas virtuales. Este particular contexto, resuelto entre emergencia y la urgencia, abre un amplio abanico de posibilidades y oportunidades para evaluar posibles alternativas, que puedan ser incorporadas como parte de la dinámica de enseñanza y aprendizaje.
En la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) desde el año pasado se decidió crear el área de Educación a Distancia (EaD), dedicada a la gestión de escenarios virtuales para el desarrollo de la enseñanza y el aprendizaje de las distintas carreras, cursos y actividades que toman lugar en la facultad.
Analía Póvolo, coordinadora del área, explica que “la educación a distancia es una modalidad cuyas características determinan formas específicas de enseñar, de aprender, incluye pautas específicas para desarrollar escenarios virtuales dinámicos. Este proceso implica la incorporación estratégica de tecnología educativa, en función del proceso pedagógico. El proceso de virtualización de espacios curriculares logrado durante la pandemia, representa una etapa anticipatoria para poder avanzar hacia la modalidad de la educación a distancia”.
Trabajar en pandemia
Luego que se decretaran las medidas preventivas para combatir la propagación del virus en marzo del 2020, en la FCPyS se puso en marcha un trabajo muy duro, que incluyó "el desarrollo de espacios remotos, aulas virtuales, diseño y configuración de actividades individuales, grupales, exámenes parciales, integradores, finales. En consonancia con lo dispuesto en la UNCuyo, en nuestra facultad la virtualización del proceso pedagógico se concreta a través del uso de las plataformas educativas, UNCUVirtual y Moodle para el desarrollo de aulas virtuales”.
Progresivamente surgió la necesidad de realizar actividades sincrónicas que permitieran el encuentro en tiempo real entre estudiantes y docentes. Para esto fue necesario considerar el uso de plataformas de videoconferencia, que de acuerdo a las funcionalidades requirió contratar productos del net-mercado.
"Sostener el vínculo pedagógico -precisa Póvolo- implicó la ardua tarea de adaptar la forma tradicional de desarrollar un programa: mantener la intencionalidad de cada espacio curricular, garantizar la retroalimentación, la bidireccionalidad, la dinámica social de la clase, el seguimiento, la evaluación, la permanencia, promover el aprendizaje y poder acreditarlo. Para esto, además de habilitar vías de contacto, diseñar aulas virtuales y sostener el proceso de evaluación (en proceso), también fue necesario modificar contenidos, y en función de esto seleccionar recursos educativos y/o producir otros, por ejemplo: textos, presentaciones animadas, infografías, vídeos, también implicó adaptar actividades y la dinámica para realizarlas".
"Virtualizar la educación en tiempo de pandemia representa un proceso complejo, multidimensional, reinventado desde la creatividad y el trabajo colaborativo”.
La virtualidad como oportunidad
Quizás este periodo de pandemia -excepcional, sin antecedentes, signado por la tragedia, la incertidumbre y la adversidad- represente en el ámbito educativo la posibilidad de resignificar la educación a distancia, como una alternativa, un escenario complementario de la formación.
“Desde marzo del 2020 como institución hemos experimentado un proceso de aprendizaje permanente, con aciertos y desaciertos, para poder sostener el proceso de formación, de enseñar, de aprender; nos abocamos a identificar las alternativas disponibles para mantener la cercanía, utilizando en simultáneo todos los medios posibles a tiempo completo. En torno a la necesidad de la comunicación manifestada, progresivamente fue imperioso establecer pautas: seleccionar el medio, fijar horarios, días, y dinámicas que permitieran la participación y el aprovechamiento grupal. Pasamos de una multiplicidad de canales a full time: páginas y grupos de Facebook, mails, Instagram, grupos de WhatsApp, a un esquema comunicacional más estable y sostenible”, cuenta Povolo a manera de necesario repaso.
Adoptar la virtualidad para el desarrollo educativo representó para muchos/as una posibilidad para retomar los estudios y avanzar, incluso finalizar. En cuanto al aprendizaje, la virtualización representó en general una alternativa para el desarrollo de estrategias de autonomía y organización personal, conformación de redes de trabajo colaborativas. Y para las y los docentes fue una posibilidad para “establecer articulaciones intercátedra, acuerdos sobre aspectos evaluativos, conocer otras prácticas similares y complementarias, pudiendo adoptar alternativas propias de la tecnología educativa a través de la selección estratégica de herramientas webs disponibles”.
El futuro de la educación a distancia
Con el progreso de las campañas de vacunación, la disminución de casos positivos y la flexibilización de restricciones, comienza a vislumbrarse un cauteloso retorno a la presencialidad. En la FCPyS algunas cátedras han retornado a las clases en las aulas y si bien la idea es poder volver en un futuro próximo a la normalidad -o “nueva normalidad”- las aulas virtuales son el eje vertebrador para el desarrollo de las actividades educativas en complemento con las clases virtuales o encuentros sincrónicos, y las clases in situ.
Póvolo advierte que “la comunidad educativa conserva el desarrollo virtual como parte de un esquema de transición para el desarrollo educativo de las materias de carreras de pregrado, grado, posgrado, de cursos superiores e ingreso, el proceso de evaluación final y proceso de realización y presentación de tesis. La virtualización es una alternativa para el desarrollo autónomo, la inclusión, la evaluación como proceso, incorporando la autoevaluación valuación, propiciando la articulación intercátedra. El próximo estadio será el resultado de lo que como comunidad educativa nos propongamos”.
Las Jornadas docentes que se están realizando actualmente en la Facultad representan el espacio para conocer percepciones, inquietudes, apreciaciones, valoraciones de los/as docentes acerca de la experiencia en torno a el proceso de virtualización. Es tarea de los/as integrantes del equipo de EaD, advierte Póvolo, escuchar atentamente para poder definir acciones a corto, mediano plazo, y revisar y redefinir estrategias en función de los ajustes que sea necesario considerar.
La responsable de EaD concluye que “en cuanto la enseñanza y el aprendizaje la virtualización nos ha permitido comprender el potencial de una modalidad distinta, la educación a distancia. Creo que un eje inspirador a investigar podría ser desde la virtualización hacia la educación a distancia. Es tiempo de restaurarnos y reencontrarnos".