Buenas noches a todos, todas y todas,
En este día de celebración de nuestra colación me gustaría comenzar agradeciendo a todas las personas que permitieron que hoy seamos egresados y egresadas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales: profesores y profesoras, personal de apoyo académico, familias, amigos y amigas, compañeros y compañeras de la facultad y la sociedad entera, que nos han acompañado en este trayecto y nos han dado la posibilidad de estudiar y formarnos en la Universidad pública. Sabemos que estos logros, si bien tienen una dimensión personal, son profundamente colectivos, fruto de esfuerzos encadenados, conjuntos y entrelazados, y por eso es a esas personas a quienes también celebramos hoy, sin las cuales hubiera sido imposible llegar hasta acá.
Por otro lado, en un contexto político tan difícil como el que estamos viviendo, a 40 años de recuperación de la democracia, creo que es importante destacar los aportes que somos capaces de hacer como profesionales de las ciencias sociales y políticas formados en la Universidad pública: desenmascarar las estructuras de poder, desnaturalizar la realidad social, económica, política y cultural, fomentar el pensamiento crítico, planificar políticas públicas e intervenir desde una mirada dialógica de construcción de consensos y respeto por el otro, prácticas que hoy se tornan urgentes. Frente al individualismo, la violencia y la discriminación, postulamos que lo colectivo y lo comunitario -aún con toda su complejidad y contradicciones-son horizontes por los cuales vale la pena luchar, formarse y construir.
Las ciencias sociales habilitan que nos formemos integralmente, con herramientas teóricas, metodológicas y técnicas, pero también con un posicionamiento ético desde el cual intervenir. Porque no nos da lo mismo.
Por ejemplo, Sociología, la carrera de la que hoy muchos egresamos, fue cerrada durante la última dictadura cívico-militar. Muchos y muchas estudiantes de nuestra universidad fueron desaparecidos en esta época también. Entonces, no nos da lo mismo si hay o no democracia. No nos da lo mismo que haya libertad de expresión a que no la haya. No nos da lo mismo que haya universidad pública, gratuita y laica a que no la haya. Por supuesto que necesitamos mejorar y fortalecer la educación pública para asegurar un mayor acceso e inclusión, pero la respuesta jamás puede ser desmembrarla o reducirla.
Tampoco nos dan lo mismo los discursos de odio y de desvalorización del otro. La defensa por los derechos humanos y la democracia, el respeto a la diversidad y pluralidad, la reducción de las múltiples desigualdades -económicas, de género, religiosas, étnicas, geográficas-, el acceso a la cultura y a la educación, y la protección del medio ambiente son ejes centrales sobre los cuales nos paramos y buscamos construir.
Ojalá podamos, desde el lugar de cada uno y cada una como nuevos profesionales, aportar con análisis, discusiones e intervenciones a una sociedad más justa, equitativa, segura e inclusiva, donde todos y todas estemos mejor, entendiendo que el bienestar colectivo y el bienestar individual van de la mano. Es una tarea que nos compete y para la cual estamos preparados y preparadas.