La Biblioteca Orlando Molina Cabrera de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales se informa que su fondo bibliográfico ha sido ampliamente enriquecido por la donación de la familia del profesor Aldo Castro. Castro se desempeñó como docente en esta casa de estudios, en la carrera de Trabajo Social, desde su formación como Licenciado de Ciencias Políticas y Sociales.
Su vida, siempre vinculada a esa unidad académica, se refleja en el generoso gesto de la familia de Castro, después de su desaparición física, que ha permitido ampliar nuestro fondo bibliográfico con 301 libros.
En tanto que 553 libros y revistas académicas serán repartidas entre el IES 9-024 de Lavalle y la Biblioteca del PEUCE (Programa de Educación Universitaria en Contexto de Encierro), dependiente de la UNCuyo.
A continuación, reproducimos la semblanza que su hija, Patricia Castro, escribió, para que quienes tuvieron el agrado de conocerlo lo recuerden una vez más y para que las nuevas generaciones que se forman en esta facultad lo conozcan, como parte de la memoria institucional colectiva.
Semblanza del Profesor Aldo Castro Pavón
Por Patricia Castro
Aldo Castro Pavón (San Martín 20/09/1938-Ciudad de Mendoza 10/06/2018)
Aldo siempre creyó que el futuro estaba en el estudio, aún cuando en su hogar su papá, como empleado del Ferrocarril, le insistía que el futuro estaba ahí, en los trenes. Este joven palmirense, con sus 12 años, decidió perseguir su sueño de estudiar lejos del hogar, en el seminario de Lunlunta como becado, lo cuál le permitió estudiar y entrar a la Universidad de Córdoba a los 16 años y así, a los 21, graduarse como Licenciado en Teología y Filosofía.
Sin vocación de sacerdocio, se retira para estudiar Ciencias Políticas. Al tiempo, conoce a Margarita, con la cual se casa, tienen 4 hijas y en setiembre del ’73 se gradúa como Licenciado en Ciencias Políticas y Sociales.
Se empieza a interiorizar en la Sociología, al tiempo que empieza a dar clases en la Universidad de San Luis como profesor convocado por el entonces rector Mauricio López, cargo que tuvo que abandonar a punta de rifles y empujones de militares que lo obligaron a dejar su oficina con sólo lo que podía cargar en sus brazos. Este suceso, era recordado por Aldo con la tristeza de la humillación, pero también con el inmenso cariño de sus alumnos que lo ayudaron a llevar los libros que se le caían hasta donde los militares se los permitieron.
Y en esos años prohibidos, buscaban al Payo Castro sin saber qué significa “payo”, motivo por el cual, se salvó en alguna oportunidad.
Hacia el año '77, salir a la calle era riesgoso, por lo que con el apoyo de su esposa continúa sus estudios y, a partir de la vuelta de la democracia, pudo volver a sus mayores pasiones: la UNCuyo, su querida facultad de Ciencias Políticas y Sociales y la docencia.
Dentro del ámbito académico representó a la Facultad de Cs Políticas y Sociales como Consejero en el Consejo Superior de la UNCuyo. Se tituló como Especialista en Docencia Universitaria. Se desempeñó, además, como Profesor Titular Efectivo en la cátedra de Sociología Rural y Urbana de la Licenciatura en Trabajo Social, cargo que ganó por concurso académico, al cual se dedicó con exclusividad y defendió hasta su jubilación en el año 2004. También se desempeñó como Director del Centro de investigaciones y Subdirector del Centro de cómputos de la Universidad.
Aldo fue un profesor exigente hacia sí mismo y a sus alumnos, desde la gramática hasta el examen final. Exigía con la misma pasión y dedicación con la que preparaba sus clases. Siempre decía que esperaba grandes cosas de los profesionales que saldrían de la Facultad de Cs Políticas y Sociales, especialmente en el área de Sociología Rural y Urbana.