Maternidad y estudio son categorías que para algunas personas son casi imposibles de equilibrar, los tiempos de una estudiante que materna no son comparables con los tiempos de las personas que no lo son. De hecho para entrevistar a Paula Pérez (26) y Daniela Azaguate (35) tuvimos que pactar el encuentro un sábado en la mañana. Para ellas, este día es el único momento libre luego de una larga semana cargada de trabajo y rutinas de colegio. Con la compañía virtual de Mariángeles Maturano (28), oriunda de La Paz, abordamos el camino de ser madre y soñar con un título universitario.
Las tres jóvenes madres optaron en su momento por la carrera de Comunicación Social. Daniela y Mariángeles tienen una historia similar: ambas comenzaron a estudiar hace varios años y por cuestiones de la vida tuvieron que dejar el cursado y enfocarse en otras prioridades. “Tengo dos nenas. Cuando me quedé embarazada de la primera tuve que dejar la carrera, necesitaba trabajar y tener plata”, cuenta Daniela.
Mariángeles fue mamá recientemente y se propuso terminar la carrera. Muy orgullosa dice: “Al día de hoy me quedan 6 materias para recibirme y me siento muy feliz”. Paula, en cambio, hace poco decidió dejar la carrera luego de varios intentos. Tiene dos hijos y necesita ingresos para poder brindarles todo lo que ellos necesiten.
La organización es la clave
“Un día normal en mi vida comienza bien temprano con los desayunos, revisando las tareas de mis hijas, preparando la ropa para el colegio y estudiando un poco. Cuando llega el mediodía tengo que tener el almuerzo listo y organizarme para llevar a mis nenas al colegio y además llegar a tiempo a la facultad”, cuenta Daniela entre risas, mientras Paula asiente y agrega: “Es muy desgastante tratar de coordinar trabajo, estudio y maternidad. Muchas veces te frustrás y eso es lo que me llevó a mí a desistir de la licenciatura. A veces una se siente culpable de no poder repartir los tiempos. Te da culpa no poder estar con tus hijos, no poder estudiar y llega un punto en que sentís que no podés”.
“Por suerte siempre hay alguien que nos ayuda”, coinciden las tres. Son esos momentos en los cuales sienten que la situación las desborda y desearían tener un 'clon' para poder hacer todo lo que desean. Siempre sienten contención y apoyo en familiares que están dispuestos a ayudar con el cuidado de sus hijos/as, o compañeros/as que ofrecen sus materiales de clase, respetan sus tiempos de cursado y por sobre todas las cosas tienen empatía, un sentimiento clave para poder comprender la situación que atraviesan las estudiantes que son mamás.
“Un profesor una vez me dijo que mis tiempos no eran los mismos de mis compañeros. Si había algo que mis compañeros podían hacer en determinado lapso, a mí me iba a llevar el triple”, menciona Paula diciendo que esto es totalmente cierto y resaltando la importancia de la comprensión y ayuda de los/las docentes.
Pandemia, cursado virtual y maternidad
Sin dudas la pandemia modificó las lógicas de estudio en todos los ámbitos educativos. En el caso de Daniela y Mariángeles, la virtualidad fue un impulso para retomar la carrera y poder manejar sus horarios de una manera más cómoda. Además, esta instancia virtual les permitió conocer a otras mamás que estaban cursando y crear una red de apoyo mutuo. Las tres resaltan que sería interesante poder tener una opción de cursado bimodal que se adapte al ritmo que tienen en sus vidas y les permita progresar en sus vidas académicas.
En el caso de Paula la pandemia acompañada de la virtualidad dificultó su cursado, ya que uno de sus hijos ingresó en edad escolar y tuvo que abocarse tiempo completo al acompañamiento en sus tareas. “Tenía dos trabajos: ser mamá tiempo completo y cumplir el rol de maestra desde mi casa”, resume.
Las herramientas necesarias
Más allá de poder plantear una opción de cursado bimodal, consideran que es necesario un cupo mayor en la guardería de la Universidad Nacional de Cuyo. “Hubiese sido una gran herramienta, en su momento solicitamos un lugar en la guardería ya que nos quedaba cerca para poder cursar, pero no conseguimos cupo”, aportan. Entre los costos de una guardería que les otorgue jornada extendida, el transporte y las diferentes necesidades de sus hijos/as, tener un espacio cercano a la facultad en donde puedan dejarlos sería de gran ayuda.
Por otra parte, reconocen que dentro de los planes de estudio se presentan ciertos obstáculos ya que algunas materias están pensadas para ser vista en una cantidad de horas que ellas no podrían llegar a abordar. Sumado a ciertas correlatividades duras que frenan su rendimiento académico positivo generando desmotivación.
El momento en que llegan niños/as al aula
Si bien siempre tratan de encontrar a alguien que las ayude con el cuidado de sus hijos/as, a veces no queda otra opción y deben llevarlos/as a cursar. “A todos les parece tierno y dicen ¡Ay que lindo, pudo venir a cursar con su hijo!”, comenta Paula admitiendo que le resultaba muy difícil cursar y llevar a su hijo.
Si normalmente cuesta distribuir la atención en una clase de 2 o 3 horas, definitivamente si se tiene que cuidar que el o la hijo/a no se lastime, no haga ruido o no se aburra, hay que hacer mucho más esfuerzo para poder prestar atención. En una mirada de complicidad, Paula y Daniela aseguran que "es técnicamente imposible rescatar algún concepto de las clases y que casi siempre hay algún compañero que nos salva las papas”. Así como también hay profesores/as que brindan su apoyo, Daniela tuvo que rendir una mesa de examen con su bebé ya que no tenía con quien dejarla y dice que “una de las profesoras de la mesa la tuvo en brazos cuando yo rendía. Ese acto no me lo olvido nunca, por cosas así te dan ganas de seguir la carrera y te sentís contenida”.
De cara al futuro
Sin dudas hay un sin fin de aristas por comprender y analizar dentro del ámbito académico para que las estudiantes que son madres sientan total compatibilidad entre su rol maternal y la vida universitaria.
Daniela se ve al futuro y se felicita por no rendirse. “Le diría a mi yo del futuro que estoy muy orgullosa, que nunca se olvide de las personas que la ayudaron. Esta es una muestra de que todo lo que me proponga lo puedo lograr”, dice al borde de las lágrimas y segura de sí misma se percibe el entusiasmo de seguir aprendiendo y formándose como profesional. Actualmente se encuentra encaminada hacia los medios gráficos, es productora, trabaja en Radio Abierta y de seguro la espera un futuro brillante impulsado por su pasión por la comunicación.
Paula prioriza sus tareas como mamá el día de hoy, pero no descarta que cuando sus niños sean más grandes retome alguna carrera que se adapte a su ritmo, relacionada con los medios. Está enfocada en trabajar y pasar tiempo de calidad con sus hijos, acompañándolos en cada trayecto de sus vidas.
Mariángeles tiene la ilusión de terminar pronto la licenciatura y cuenta muy orgullosa la poca cantidad de materias que le quedan, refleja un gran compromiso con la carrera y su trabajo en un emprendimiento familiar. Agradece constantemente el apoyo de su familia y la ayuda que le dan con su bebé.
Es difícil describir la maternidad para alguien que aún no es mamá, solo quedan palabras de admiración para estas tres mujeres. Si algo queda claro es que cada una vive la maternidad a su manera, tiene sus propios tiempos y no hay una fórmula única para poder desempeñarse en la vida académica. Se trata de un constante camino de resiliencia y empatía que debe ser abordado y estudiado para asegurar todas las herramientas necesarias en su trayecto.
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