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“Es políticamente correcto no ser machistas, hay que ser inclusives”

Egresada de Comunicación Social de la FCPyS y actual docente adscripta en esa carrera, Cecilia Magdalena habla de su compromiso con la escritura militante y su constante trabajo por la perspectiva de género. La poeta entiende a la comunicación como un acto creativo. "Mientras más libertades haya, mejor es", sostiene.

17 de marzo de 2021 Por: Nicolás Capdevila
imagen "Es políticamente correcto no ser machistas, hay que ser inclusives"

La comunicación es un acto creativo, así lo define Cecilia Magdalena, y es esta premisa es la que la llevó, desde muy pequeña, a volcarse a las letras y encontrar en ellas una forma de ver, vivir y sentir el mundo.

Joven entusiasta y apasionada por su profesión, concluyó la Licenciatura en Comunicación Social en la FCPyS y actualmente es becaria doctoral del Conicet. Se encuentra realizando el Doctorado en Ciencias Sociales en esta casa de estudios, más precisamente sobre Estudios Feministas. Además se desempeña desde hace tres años como docente adscripta de la Cátedra de Teoría Literaria y Literatura Hispanoamericana de 5º año de Comunicación Social.  

Al consultar sobre su actividad como poeta asegura que dedica cierta cantidad de horas al día a sus escritos y lecturas, a las cuales considera como un trabajo. Y aunque el actual contexto de pandemia condiciona y modifica permanentemente su agenda diaria, siempre encuentra tiempo entre sus responsabilidades académicas y se hace lugar para escribir y crear nuevas cosas. 

“Desde muy chiquita quería ser escritora. Siempre me ha gustado y por eso he leído mucho”, comenta Cecilia. 

En el 2017 obtuvo una beca de la Embajada de Estados Unidos la cual le permitió estudiar durante un semestre en Massachusetts. Allí conoce más en profundidad grupos de lesbianas, trans, bohemios y militantes de las letras, con formas, estilos y compromisos diferentes a los que ella estaba acostumbraba o con los que tal vez no estaba emparentada en su país. Un forma de escritura colectiva, disruptiva y provocadora que despertó su interés y una necesidad que escribir con otro tipo de compromiso. 

Luego de su experiencia en el exterior decide ingresar a un taller de escritura en Mendoza. Es aquí donde las letras empiezan a ser un oficio y se torna una actividad cotidiana. Se interesa por indagar más en esta disciplina, en las posibles formas de hacerlo, los géneros existentes y sus referentes. 

En la actualidad, sobre todo escribe poesía y en menor medida algunos cuentos. A principios de este año publicó un trabajo en conjunto con otra poeta mendocina, Dulce Chisari, titulado Perra, realizado en una editorial artesanal mendocina donde el formato de libro propone un diseño innovador y sustentable. 

Otra de sus producciones es Llamada entrante, con la cual participó y ganó a principios de 2019 en un certamen Literario en San Juan, organizado por el Ministerio de Cultura y el Fondo Editorial de la Cámara de Diputados de esa provincia. La temática era de libre elección y el premio constaba de la edición del trabajo. Al respecto de esta experiencia, Cecilia lamenta que teniendo la posibilidad de que su obra fuese expuesta en la Feria del Libro en Buenos Aires, la pandemia impidió que se concretara ese anhelo.

Compromiso y escritura militante

La comunicadora asegura tener distintos estilos, los cuales se plasman en sus escritos y dan cuenta de su posicionamiento y compromiso respecto al Movimiento Feminista y la militancia de la poesía lésbica. A través de estos busca visibilizar las realidades que viven estos grupos, sus formas de ser y estar en el mundo. “Más que como un relato, mis trabajos son una estética disidente”, apunta. 

También define su producción artística, en general, como “escritura en colectivo”, ya que forma parte de grupos de lectura y escritura junto a colegas mendocinas. Entre ellos, forma parte de Cuartropias del cuarto creciente, grupo con el cual se encuentran trabajando en conjunto en la escritura de un libro. Además, hay un compromiso de solidaridad y revisión en este espacio de artistas ya que se realizan lecturas y críticas de sus textos y futuros proyectos. Aquí Cecilia dice que encuentra la razón de ser de la “escritura en colectivo”, donde se deja de lado la concepción clásica de la escritura como un acto individual para pasar a ser una práctica de grupos donde intervienen distintas perspectivas. Hay un constante dialogo entre quienes escriben con el objetivo de enriquecer sus producciones. 

También pertenece al grupo de disidencia sexual Enjambradas, con el cual escriben ensayos con una prosa provocadora y por demás disruptiva. Sus producciones son expuestas en congresos que tratan la temática de manera específica. Consideran sus poemas como provocaciones a la academia y los cánones imperantes en la literatura.

La importancia de la perspectiva de género  

Cecilia considera la perspectiva del género como importante y transversal a todas las disciplinas y, en el caso de la comunicación social, como algo imprescindible ya que en el procesos comunicativos y en la producción artística, las creaciones no tienen un destinatario/ria específico, por lo que considera de suma importancia una visión amplia, más abarcadora, que tienda a ser lo más inclusiva posible y que pueda reconocer y dar cuenta de las diferencias respecto al género.

También define a la comunicación "como un acto de amor y solidaridad" y no duda en afirmar que hoy, en todas las distintas carreras, la perspectiva de género “es la que va”, ya que en todos estos ámbitos académicos y de producciones artísticas, se discute y se pone en práctica un abordaje de las distintas realidades desde esta óptica. “Es políticamente correcto no ser machistas, hay que ser inclusives”, remata. 

Un mensaje de libertad

A manera de cierre de esta entrevista, Cecilia deja su visión de cómo ser creativa sin aceptar condicionamientos: “Me gustaría resaltar la importancia de poder jugar con todos los géneros, formatos, roles, estereotipos, porque me parece que hoy el mundo en general está yendo bastante hacia esa tendencia, a que lo clásico un poco 'desaparezca', no porque los clásicos estén mal sino porque los clásicos 'ya son los clásicos'. Entonces el mensaje es que está bueno no tener miedo a hacer otras cosas y a probar cosas nuevas, salirse un poco del molde, lo cual lo aprendí cuando viví afuera. Eso me dejo ver cómo a veces Mendoza nos queda muy chica para poder pensar otras cosas. Por eso está muy bueno poder jugar, que no haya imposiciones y que sí haya más libertades. La comunicación, sea desde cualquier punto de vista que sea, oral o escrita, desde el medio que sea, es un acto creativo, y mientras más libertades haya, mejor es”.      

 

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