Sofía Medina tiene 24 años y es estudiante de  5° año de la licenciatura en Comunicación Social. Comenzó a trabajar en los inicios de su carrera universitaria con el interés de ganar experiencia en el ámbito laboral. Sin embargo, a pesar de las dificultades que puede implicar trabajar y estudiar a la vez, continuó realizando ambas actividades pero ya con el objetivo de independizarse y ayudar a sus padres a tener menos responsabilidades económicas.

A lo largo de estos años pasó por diferentes trabajos, desde moza en algún restaurante hasta monitora de niños en una colonia de verano. Actualmente trabaja en una clínica privada en el microcentro de la ciudad de Mendoza. Allí desempeña tareas administrativas y la recepción de las personas que llegan a la institución para ser atendidas por los profesionales de la salud.

Una experiencia de esfuezo

Estudiar y trabajar puede resultar algo complicado debido a que permanentemente se vive con la sensación de estar en una carrera contra el tiempo, los días se hacen demasiado cortos y se ven implicados altos niveles de estrés al intentar cumplir cada meta establecida.

De ahí que Sofía hable del desafío que le resultó trabajar a lo largo de estos cinco años de su carrera universitaria. Para ella combinar las dos actividades le permitió adquirir mucha experiencia como así también optimizar el poco tiempo que tenía libre para poder estudiar, pero reconoce que la parte difícil es lograr concentrarse al momento de estudiar. “Sin embargo, valoro la experiencia que me otorgó cursar una carrera universitaria y a la vez estar inserta en el mundo laboral”, dice.

Sin dejar de lado la actividad deportiva, que es una cuestión fundamental no solo a nivel físico sino también para salud mental, Medina se organiza para tratar de incluir en su día a día alguna rutina en el gimnasio. Cuestión que lógicamente se vio modificada por razones de tiempo: “Antes tenía más tiempo para entrenar y a medida que fue pasando el tiempo y fui cambiando de trabajo, al tener más responsabilidades, la verdad es que fui disminuyendo la cantidad de horas que le dedico a la actividad física”.

Combinar tantas actividades pareciera ser que no es compatible con la idea de cursar una carrera y hace que se refuercen concepciones negativas en torno a esta idea, como que los alumnos tienen menos energías para estudiar, disminuyen el nivel académico, etcétera. Sofía prefiere quedarse con lo positivo que le brindó la experiencia de estudiar y trabajar a la vez: “La clave es tener la capacidad de organizarse entre tantas actividades, el trabajo, la facultad, el deporte, etcétera”.

No bajar los brazos

Para lograr sus objetivos, tanto académicos como laborales, Sofía intenta organizarse ya que siempre hay una actividad distinta. En cuanto a la facultad, trata de organizar su día sin perder de vista la dinámica de su trabajo. “Muchas veces pasa que no se llega al objetivo o que acontecen diversas situaciones que hacen que no cumpla con esa meta, pero intento siempre todos los días ponerme una meta o un objetivo y poder cumplirlo”, explica. 

La estudiante avanzada en Comunicación Social les aconseja tanto a aquellos estudiantes que se encuentran cursando alguna carrera y trabajando al mismo tiempo, como a los alumnos que están por atravesar esta situación, que “no abandonen ya que muchas veces se hace complicado trabajar varias horas y a la vez tener que llevar al día los estudios, que sean fuertes y resistan porque realmente se puede hacer las dos cosas a la vez”.