Las primeras intervenciones en el hacer como socióloga Malén Salomón las hizo en el Espacio para la Memoria (ex D2) a través de una práctica encarada por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS).

“Era una temática delicada porque estábamos trabajando con el tema de los desaparecidos y desaparecidas en la dictadura, que habían pasado por ese centro clandestino de detención. Nos pidieron la reconstitución del perfil social y económico de aquellas personas. Con la información que había se constituyó y se elaboró un perfil. Podíamos identificar que eran perfiles académicos de jóvenes entre una edad determinada, con estudios universitarios, de una determinada clase. Con ello les brindamos toda esta información a la organización”, recuerda.

Otra experiencia concreta que tiene que ver con la sociología se dio en la Municipalidad de Luján, en el área de la mujer: “Me hicieron el planteo desde este espacio. Sobre la mayoría de los casos que se acercaban para consultar en esta área que asesora legal y psicológicamente a víctimas de violencia de género. El planteo era que sólo se acercaban mujeres de zonas vulnerables que estaban en una zona céntrica y que era una clase específica. Ahí desarrollé un proyecto de investigación. Salí a hacer encuestas para identificar, primero si las mujeres conocían el área de la mujer, si conocían qué era el área de la mujer y segundo si sabían qué se hacía en este en este lugar. Y por último, si acudirían o no”.

Relocalización del asentamiento Bajo Luján

Desde el 2018 hasta principios del 2020 fueron casi dos años un año y medio el tiempo que Malén integró un equipo social que estaba compuesto por 4 trabajadoras sociales y la socióloga.

“Nos encargamos de todo el seguimiento de ese gran asentamiento -explica-. Entonces cada una tenía un barrio a cargo, con un número determinado de familias y lo que hacíamos era hacer un seguimiento conformando las fichas de cada familia, la documentación, desarrollando acciones comunitarias todo el tiempo. Era un proceso en conjunto que se trabajaba con personas beneficiarias de esta política. Era una política de vivienda donde lo que nos encarga cada familia tenía un prototipo distinto de vivienda; es decir, según la familia era el tipo de las características de la vivienda. Eran ocho tipos de viviendas de 1, 2, 3, y 4 dormitorios, y para las personas con discapacidad. Entonces lo que íbamos haciendo era constatando, corroborando que se cumplan los requisitos del proyecto, además las familias debían ser censadas. La parte más sociológica de esto fue la parte de datos y las acciones de desarrollo comunitarias”.

En territorio

La  parte que más le interesa a Malén es la comunitaria, el trabajo con la gente, la política habitacional, el diálogo con vecinas y vecinos, la identificación de problemáticas sociales, de necesidades, el acercamiento del Estado, la resolución de problemas, el desarrollo de políticas.

Unos años más tarde la convocan desde el área social dentro de la misma comuna lujanina para integrar un equipo donde era la única socióloga. Cuenta que el trabajo dentro de esa área fue con vecinas y vecinos cercanos a una obra pública: “Por ejemplo, de mejoramiento urbano, cualquiera sea su naturaleza. Lo que empezamos a trabajar con una compañera que es trabajadora social, midiendo el índice de percepción de vecinos y vecinas de la zona. Desarrollamos 5,6 variables en común que las pudiéramos ir comprando en las distintas zonas del departamento, de acuerdo a la obras que se van ejecutando. Se hace como una evaluación pre obra y una post obra, para ver en el impacto social que tiene esa obra en la realidad ,en lo que efectivamente impacta”.

La construcción comunitaria

En cuanto a cómo es la experiencia de trabajar en conjunto o intentar responder la demanda de quienes viven en esos lugares, la joven socióloga dice que “también hemos tenido la posibilidad desarrollar técnicas participativas en relación a una construcción más colectiva. Si bien hemos captado el índice de percepción, también hemos estado en espacios donde los vecinos presentan una necesidad concreta de mejorar un espacio que comparten y no hay no hay financiamiento o no está dentro de ese proyecto de la cartera productos de la municipalidad. Hemos ido con mi compañera y desarrollamos técnicas participativas donde se ha hecho un mapeo de necesidades en conjunto con la comunidad. Se hace una construcción en conjunto de una propuesta, eso también me gusta muchísimo, lo de trabajar en lo colectivo participativo con las personas”.