El escenario global de pandemia obliga hoy a realizar las actividades académicas en un formato meramente virtual. Este contexto dejó al descubierto las dificultades de estudiantes para acceder a las distintas plataformas ya sea por falta de conectividad para acceder a internet o por no contar con dispositivos electrónicos para realizar el cursado a distancia.
Maira Omonte es una estudiante avanzada de la carrera de Ciencia Política y Administración Pública, de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales que reside en el distrito de Jocolí, en Lavalle, y experimentó las consecuencias de no tener acceso digital, lo que le dificultaba acceder a las herramientas para cursar y rendir las cátedras correspondientes.
La joven lavallina argumentó que su situación es crítica, aunque recibió el apoyo de la institución quien comprendió la imposibilidad de rendir un examen y se lo postergó para que Maira, pueda ser evaluada en el Punto digital más cercano a su domicilio.
Aunque ese imprescindible nexo tecnológico que se encuentra no muy cercano a su hogar posee una capacidad limitada para los y las estudiantes que necesiten recurrir a sus servicios, esta limitación es consecuencia del estricto protocolo que rige en estos establecimientos, lógicamente para evitar la propagación del Covid-19.
“Tengo la necesidad de instalar Wi-fi en mi casa. Pero las empresas a las que consulté dijeron que no llega la cobertura hasta mi domicilio. Está la posibilidad de poder colocar una antena para facilitar la conexión, pero es cara y mi familia no dispone del dinero”, argumenta.
Maira reconoce que debido a la cantidad de horas que conlleva el cursado virtual recibe la ayuda de sus compañeras con el grabado de clases para poder acceder a los encuentros.
La futura politóloga cuenta que es beneficiaria de la Beca Cuota Mensual de Datos, la cual permite llegar a los y las estudiantes de la FCPyS a través de ayuda económica para la carga de datos móviles. Esta oportunidad, según Omonte, le permitió avanzar con el cursado y regularizar cátedras del primer semestre.
Su firme propósito por seguir estudiando a pesar de las adversidades es notorio. Recorre kilómetros para poder aprender y lograr su objetivo. La cuarentena la complicó en sus posibilidades, pero no en su misión: la de recibirse.
Casos como el de Maira son seguidos muy de cerca por esta facultad, trabajando para llegar a los y las estudiantes que lo necesiten a través de varios programas y en conjunto con diferentes secretarias de la institución.
En estos particulares tiempos de pandemia, la FCPyS apunta a que los vínculos con la comunidad educativa estén más firmes que nunca, en un ida y vuelta constante, pese a la obligada virtualidad.