Hoy me toca despedirme como Decana de esta institución después de haber tenido el honor de haber sido electa por dos periodos.
En estos ocho años al frente de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales tracé junto a mi equipo dos grandes ejes de gestión: la presencia sostenida y transversal de los Derechos Humanos y la Territorialización académica capaz de romper el encapsulamiento que a veces aísla a los universitarios en sus claustros.
La idea era recuperar el protagonismo de las Ciencias Sociales en la sociedad, pero también en la agenda universitaria, buscando impactar en decisiones capaces de generar ampliación de derechos y reconocimiento de inequidades. Así lo hicimos con aportes significativos al debate sobre la paridad de género en la UNCuyo,
pero también el cupo trans o los distintos procesos de efectivización docente y no docente, entre otros temas. Así lo demostramos, en medio de una dolorosa pandemia, aportando a la recuperación del rol activo que la sociedad necesitaba de nuestro Hospital Universitario, por ejemplo.
Asimismo, pudimos avanzar decididamente en el fortalecimiento de la capacitación en Administración Pública y políticas públicas tanto con el Estado nacional, como el provincial y el municipal. En todos estos niveles hemos podido articular propuestas que esperamos redunden no sólo en la mejora de las capacidades de
quienes las recibieron, sino también en un mejor Estado como expresión del bien común.
Particularmente, pudimos en estos años intensificar la oferta académica en territorio, tanto de grado como de postgrado en lugares tan distantes como San Rafael, General Alvear, Godoy Cruz, La Paz, Santa Rosa, y la ciudad de Mendoza, como en contextos de encierro.
También logramos encauzar con los soportes institucionales y el marco legal correspondiente, dos complejas situaciones adversas y dolorosas que debimos enfrentar en nuestra gestión y que nos impactaron transversalmente como comunidad educativa: las denuncias judiciales por venta de materias y los casos de 3
abusos sexuales que enfrentamos con el acompañamiento de nuestro Consejo Directivo, pero con la firme decisión de lograr esclarecimiento y justicia.
El espíritu solidario y colaborativo de nuestros docentes y personal de apoyo, así como del equipo de gestión y el Consejo Directivo, no estuvo clausurado ni adormecido. Por el contrario, se redoblaron los esfuerzos, se atendieron las necesidades, se desdobló la oferta académica con sus particularidades y dificultades a un entorno virtual, con protocolos y cuidados específicos que también permitieron que los ciclos lectivos no se interrumpieran, pero tampoco los trayectos curriculares. También concretamos el retorno a la presencialidad plena este año, aunque quedamos en deuda con las modificaciones de planes de estudio que quedará en manos de la próxima gestión.
Sin embargo, como a todos, nos atravesó la incertidumbre y las pérdidas humanas que hoy seguimos lamentando, profesionales valiosos, algunos también jóvenes,que siempre recordaremos como el testimonio de este tiempo aciago que ojalá terminemos de dejar atrás.
A quienes me acompañaron en este tiempo, también les agradezco su dedicación y su entrega, pero también la certeza que quienes habitamos estos pasillos hemos propuesto como la base de una cultura institucional de la pluralidad, la tolerancia y el respeto, especialmente para quienes piensan distinto. Proponiendo trabajar más
que para una gestión para la misma facultad que nos formó y nos cobija a todos y todas, sin distinción de ideologías o perfiles profesionales.
Creo haber cumplido con mis propósitos y con las circunstancias que nos tocaron en suerte en este tiempo. Estaré eternamente agradecida por haber tenido el privilegio de conducir durante tanto tiempo una institución tan heterogénea y diversa, a la que sólo se puede comprender y liderar con diálogo y mirada plural. Pero también con profundo sentido democrático y participativo.
Voy a extrañar la rutina de la gestión, pero seguiré siempre vinculada a esta facultad, a la que hace tiempo definí como” la casa de todos”. Y por eso, también es la mía.
¡Muchas gracias!
Mgter. Claudia Alejandrina García