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“Si no se tiene una visión de futuro sólo se puede reaccionar a la coyuntura y esa es la receta del fracaso”

Así lo afirmó Gilberto Gallopin, investigador, Licenciado en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires y Ph.D en Ecología de la Universidad Cornell.

14 de octubre de 2015, 16:07.

imagen "Si no se tiene una visión de futuro sólo se puede reaccionar a la coyuntura y esa es la receta del fracaso"

Fuente: www.ecoticias.com

 En el marco de las Jornadas de Políticas Públicas Innovadoras realizadas en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales estuvo presente Gilberto Gallopin,  investigador, Licenciado en Ciencias Biológicas de la Universidad de Buenos Aires y Ph.D en Ecología de la Universidad Cornell; quien  brindó su testimonio sobre diversos temas ambientales. 

En función de la prospectiva y las políticas públicas ¿por qué cree que es necesario que las políticas públicas se planifiquen en función de escenarios futuros?

En primer lugar, porque si no se tiene en cuenta una visión del futuro, lo único que queda es tomar medidas políticas que sean reacción a la coyuntura actual y la suma y la acumulación  de esas medidas políticas, configuran una estrategia a largo plazo no deseada. Es esencial porque una política pública, que no tenga una visión de futuro más o menos realista, está obligada a ser reactiva y reaccionar en este mundo que todo el tiempo está haciendo cosas nuevas.  Reaccionar a lo que ya pasó, es la receta del fracaso

¿Cómo ve las políticas públicas actuales y a nivel histórico en la Argentina? ¿Cómo cree que se han fundamentado? ¿Como una reacción o teniendo en cuenta  la prospectiva?

Creo que en diferentes momentos históricos  hubo en Argentina visiones políticas de futuro o, por lo menos, de una meta. La generación del 80 tenía un proyecto; uno puede estar de acuerdo o no, pero lo tenía y hacían políticas en función de eso. El  gobierno actual ha tenido en algunos aspectos una visión más o menos deseable,  y en otros aspectos ha actuado en  función de la coyuntura.  

En relación a prospectiva, yo creo que en algunos sectores se ha  usado un poco explícitamente  para planificar. Por ejemplo, me acuerdo que el ministerio de Ciencia y Técnica, alrededor del 2004,  hizo un plan de mediano plazo y pidió escenarios, inclusive yo contribuí, y sacó un plan basado en escenarios, no sé si se cumplió  o no, porque una cosa es el proyecto y otra la implementación. Pero en el tema de  Ciencia y Técnica yo veo que hay algunas medidas muy positivas, que están apuntando a largo plazo. Sin embargo, yo distinguiría entre largo plazo y tener una visión prospectiva integrada, porque es importante que haya articulación de políticas: económica, tecnológica, social.  Si no están articuladas de manera funcional, lo que se hace en una se puede aplazar por la otra.

Y en la temática ambiental ¿cuáles cree que son los escenarios más urgentes que se deberían   atender?

Yo no hablaría de escenario, pienso que hay problemas concretos urgentes que hoy requieren solución. Problemas de deforestación que, teóricamente, están evitados por la ley de bosques que no se aplica; de erosión en varios lugares; el riachuelo, que  es el cuento de nunca acabar, donde lo que se está haciendo es totalmente insuficiente porque sólo se actúa por mandato de la justicia y no por iniciativa propia, entonces hay problemas de sobre explotación de pesquerías; y el problema de cambio climático, que la argentina aporta relativamente poco, pero va a recibir cambios. Por todo esto, hay que hacer estrategias realmente proactivas y flexibles, porque los estudios sobre lo que pasará en Argentina son muy inciertos.  

Frente al cambio climático ¿cree que sería útil intentar políticas regionales en América Latina?

Yo creo que hacen faltas políticas nacionales y regionales, porque hay muchas áreas  problemáticas y ecosistemas compartidos. Por ejemplo en la cuenca del Amazonas, ya hay estudios  compartidos porque hay grandes  ciclos biogeoquímicos que se dan en la cuenca  amazónica, pero también en las tierras altas. Las acciones humanas que se toman cuencas arriba, en países como Brasil en tema de deforestación,   impactan en la Argentina en el tema de las inundaciones.

Además de una política regional, se está dando un intento de reemplazar el concepto de bienestar basado en el producto bruto per cápita por conceptos indígenas, sobre todo en Bolivia. Es decir, vivir bien sin necesidad de consumir; una vida plena y satisfactoria que viene de la tradición indígena. Si hubiera una planificación regional y si hubiera una articulación de voluntades regionales, podrían cambiar muchas cosas

¿Está al tanto del intento de tener de una ley de ordenamiento territorial acá en Mendoza?

No estoy al tanto, pero sé que  en varias provincias hay intentos de leyes de ordenamiento territorial. El problema muchas veces es que las leyes son bastante buenas, pero la implementación pésima y las leyes no se cumplen. Argentina y América latina,  muchas veces se caracterizan por ser de avanzada en las  leyes y de retaguardia en el cumplimiento.

Uno de los  grandes problemas que hay es el tema del agua y la escasez   ¿Cree que el agua es o será un problema determinante  para la planificación de escenarios en la prospectiva?

Yo pienso que el agua a nivel mundial, en los próximos 20 ó 30 años, será el tercer problema global importante. Personalmente he participado en la coordinación de los escenarios mundiales del agua, que se hizo con el Consejo Mundial y la UNESCO, en el año 2000, y estuve contribuyendo para el segundo round de escenario de agua. El tema va a ponerse cada vez más complicado y las tensiones de los países por el agua también se van a incrementar. Eso tiene que ver por un lado con el cambio climático, y por el otro con el aumento de la población y del consumo, especialmente para agricultura.

Yo creo que el agua va a ser la próxima generación de  problemas globales  que afecta no sólo a la economía, sino  a la gente y al resto de la vida del planeta. El agua es difícil de transportar, hay toda una serie de fenómenos que lo hace más difícil que la energía  y Mendoza siempre estuvo dependiendo del agua, sabemos que, probablemente los glaciares van a tener cambios importantes. Sé que ya hay viñedos que se están mudando a zonas más altas por esa disminución de los glaciares. Es decir que hay decisiones concretas de tipo económico que se están tomando, no sé si de política pública, o de política empresarial, pero sí se están tomando y eso va a ser importante. 

 

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