Escribieron, escriben y escribirán. Los lápices están presentes en nuestra historia, porque forman parte de ella. A 41 años del hecho represivo conocido como La noche de los lápices, la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales conmemora la triste fecha.
El 16 de septiembre de 1976 un grupo de jóvenes estudiantes secundarios fueron secuestrados y torturados, en el marco de la última dictadura militar (1976-1983) en la ciudad de La Plata. Muchos habían participado en las movilizaciones que se produjeron en la primavera del 1975, donde reclamaban el Boleto Estudiantil Secundario (BES), un beneficio conseguido durante el gobierno democrático y que el gobierno militar de la provincia fue quitando a partir del 24 de marzo de 1976.
Desde ese día, el 16 de septiembre es un aniversario de alcance nacional. Es un suceso de conocimiento mundial, que mezcla elementos profundos que forman parte de la memoria social, básicamente, porque se trata de un hecho que ataca centralmente a los/as jóvenes. Constituye un hito de la memoria social por el valor que tiene para reflexionar acerca de la construcción de esa memoria y sus transformaciones en función del presente. Es una invitación a recordar la vida de aquellos/as jóvenes que lucharon y participaron para construir un futuro mejor para las próximas generaciones.
La noche de los lápices y su significado alcanzó notoriedad durante el Juicio a las Juntas Militares en 1985, donde Pablo Díaz, uno de los sobrevivientes, declaró “Sólo la verdad desnuda. La voz es un reclamo de amor y un instante duro”. Su testimonio generó un impacto tan grande que los periodistas Héctor Ruiz Núñez y María Seoane lo tomaron para escribir un libro que luego se transformó en la película dirigida por Héctor Olivera.