Marina Walker caminó los pasillos de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales cuando estudiaba la Licenciatura en Comunicación Social. Hoy es vicedirectora del Consorcio Internacional de Periodistas Investigadores (ICIJ su sigla en inglés) y, un día después de enterarse que ganó el premio Pulitzer a mejor informe explicativo por su trabajo como directora de la investigación que reveló los Panamá Papers, responde con total sencillez a nuestra entrevista.
¿Te sorprendió el nivel de impacto socio político que tuvo el informe de los Panamá Papers?
Esperábamos impacto pero nunca en la magnitud que sucedió. No esperábamos plazas repletas de personas protestando y pidiendo la renuncia de primeros ministros. Eso realmente sobrepasó nuestras expectativas y nos hizo dar cuenta de que estábamos ante algo muy grande, mucho más de lo que habíamos anticipado. Porque lo bueno fue que el tema penetró en la conciencia social; no fue solamente que los legisladores o las ONGs tomaron nota, sino que fue la gente común, en Twitter, en las plazas públicas que dijo ‘a mí esto me afecta, no es un tema del que sólo tengan que preocuparse economistas, sino que me tengo preocupar yo, porque es mi dinero el que en vez de invertirse en educación o transporte, termina en una cuenta offshore en un paraíso fiscal’.
¿Cómo fue trabajar con un equipo tan grande de periodistas y lograr preservar la información sin que se filtrara antes de tiempo?
Nosotros hace bastantes años que venimos trabajando coordinadamente en red y ya tenemos una confianza con los periodistas. Si bien el consorcio se renueva y siempre tenemos nuevos periodistas trabajando, tenemos una metodología, nos conocemos, sabemos cuáles son las expectativas y todos sabemos que si queremos lograr un impacto tan global, la única manera es refrenando nuestros impulsos de tener una primicia, colaborar, trabajar. Esto lo hablamos mucho con los periodistas, lo trabajamos incansablemente y, finalmente, ellos lo entienden y lo hacen propio. Es parte de que una colaboración resulte o no resulte. Si cada uno está tirando para su lado, jamás podría ser exitoso un trabajo colaborativo.
¿Qué consejo les darías a los y las jóvenes que están estudiando Comunicación Social como hiciste vos años atrás?
Yo les diría que hagan la mayor cantidad de práctica profesional posible, que aprovechen las oportunidades que les da la facultad, con talleres, pasantías. Aunque las primeras veces a una no le pagan las pasantías, para ejercer el periodismo, que traten de salir a la calle lo antes posible sin abandonar la carrera. Cuando tengan esa oportunidad, que busquen mentores, que hay muchos y muy generosos, que les van enseñar y les permitirán aprender de ellos. También les diría que traten de entrenarse en habilidades suplementarias como el análisis de datos, el manejo de bases de datos, programación. Son habilidades que no son necesarias para ser periodista pero si las pueden obtener, van a marcar una diferencia el día de mañana. Los papeles de Panamá, por ejemplo, no podrían haberse hecho jamás si la mitad de nuestro equipo, acá en la redacción del consorcio, no fueran programadores, ingenieros, analistas de datos, y periodistas al mismo tiempo.
¿Qué significó para vos la FCPyS?
Lo que más le agradezco a la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y a la Universidad Nacional de Cuyo es que me enseñaron a pensar críticamente y me dieron la posibilidad de estudiar cosas que, quizás, en una carrera tradicional de periodismo no hubiera podido.
En Argentina se está dando un gran debate respecto de la igualdad de género ¿alguna vez ser mujer fue una dificultad para desempeñar tu tarea?
En mi caso personal jamás he sentido una diferencia acá en mi trabajo, no creo que sea lo común, pero por suerte en el consorcio las relaciones laborales siempre han sido muy igualitarias y luego cuando estamos trabajando con el grupo extendido de periodistas en todo el mundo hay un grupo muy balanceado de hombres y mujeres. Sin caer en lugares comunes, las mujeres estamos acostumbradas a ser multitareas, creo que sabemos colaborar mucho mejor que los hombres, y sabemos solucionar conflictos de manera creativa. También he visto hombres hacer todo esto maravillosamente. Nunca nada es totalmente blanco o negro, pero mi experiencia ha sido muy positiva como mujer trabajando en estas investigaciones; y creo que hombres y mujeres aprendemos unos de otros en estas colaboraciones para que sean exitosas.