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Delia Rozas, una vida para inspirar

A sus 75 años se graduó de Licenciada en Trabajo Social en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. Una historia para demostrar que querer es poder.

imagen Delia Rozas, una vida para inspirar

Delia Rozas es esposa, madre y abuela. Hasta ahí su historia podría ser una más. Pero Delia decidió que tenía metas y trabajaría duro para cumplirlas. Así, a los 61 años decidió concretar un sueño largamente postergado: estudiar una carrera universitaria.  Sin dudarlo más, se inscribió en la carrera de Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo. Hoy, a los 75, presentó su tesis frente a su orgullosa familia, docentes y autoridades de la casa de altos estudios, obteniendo su Licenciatura.  Pero, fiel a su estilo emprendedor, este momento no es el final, sino el comienzo de un nuevo camino recorrido con vocación.

“Yo siempre tuve la ilusión de estudiar, desde chica, pero no lo pude hacer porque en ese tiempo los padres no tenían la mentalidad de mandar a los hijos lejos a estudiar. Tenía que venirme de un pueblito de San Rafael y mi mamá tampoco podía costearme el estudio. Mi maestra de sexto grado ofreció traerme a su casa y pagarme la carrera, pero no mis padres no quisieron porque la mujer, en ese tiempo, no podía salir de la casa”, afirma Delia con la tranquilidad de saber que cumplió su objetivo académico.

Contrario a su deseo de estudiar, sus padres la inscribieron para trabajar en la fábrica del lugar; “fue un cambio tremendo, porque no era lo que yo quería, pero me resigné”.

Muchos años después, a los 54 años ingresó a un CENS en San Rafael, impulsada por su familia. “Mis hijas me decían que me anotara, que me iba a hacer bien”, cuenta Delia. Allí, para orgullo de su familia y compañeros, fue Primera Escolta de la bandera nacional.

Luego del éxito de esa experiencia, Delia decidió ir por más, y se inscribió en la carrera de Trabajo Social. “Estudiar en la universidad fue una decisión que tomé sin pensar mucho en qué me metía. A medida que pasaba el tiempo se me iba haciendo más difícil, porque no veía bien el pizarrón, tenía que viajar en colectivo varias veces al día, pusimos un negocio, todas estas eran cosas que me obstaculizaban el estudio. Más de una vez pensé en abandonar, pero me di cuenta de que ahora nadie me prohibía estudiar. Si dejaba esto inconcluso, yo era la única responsable. Por eso seguí, curse la carrera en 6 años y después me costó mucho rendir las materias que me quedaron, pero he sentido mucha contención en la facultad; no lo sentí como que me hacían favores, sino que me tenían en cuenta como persona”, relata la Licenciada Rozas.

“Trabajar con Delia ha sido una experiencia altamente desafiante. Por un lado no nos costó porque las dos amamos la profesión. Por otro, es una mujer que ha transitado su experiencia de vida con muchos interrogantes, inquietudes y exigencias hacia ella misma y, por lo tanto, hacia mí como su directora de tesis. Ha sido un aprendizaje profundo para mí, porque ella demuestra que en la vida es posible tener ilusiones y concretarlas”, afirmó Liliana Grisi, docente de la carrera de Trabajo Social y una de sus directoras de tesis.

Así, acompañada por su familia, compañeros de estudio, docentes y autoridades de la FCPyS Delia presentó su tesis ““El trabajo social y la construcción de ciudadanía emancipada en el nivel secundario”, la cual fue aprobada con un rotundo 10.

Sin lugar a dudas, la historia de Delia demuestra el refrán: querer es poder ¡Felicitaciones Licenciada!

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