Saltar a contenido principal Saltar a navegación principal

Economía sin perspectiva de género

Desde tiempos inmemorables, existen diferencias sociales entre hombres y mujeres. En este informe tiene como objetivo mostrar algunas de ellas, referidas al ámbito de la economía y el trabajo.

07 de marzo de 2019, 14:09. Por: Lineares, Virginia - Videla, Noelia.

imagen Economía sin perspectiva de género

Fuente de imagen: internet

La lucha por la igualdad de condiciones sociales y la no discriminación no es de ahora. ¿Han habido cambios? Se puede decir que si. De un tiempo a esta parte se han conquistado varios logros, aún quedan otros que saldar, como por ejemplo la brecha salarial, que sigue existiendo en pleno siglo XXI, las tareas domésticas a cargo sólo de mujeres, que no son remuneradas y la mínima cantidad de mujeres que hay en algunos ámbitos laborales, por nombrar algunos.

Disparidad económica

Como punto de partida, se puede comenzar por definir qué es la economía. Según la RAE (Real Academia Española) una de sus acepciones es “El conjunto de bienes y actividades que integran la riqueza de una colectividad o un individuo”. La más acorde a la temática, sería la siguiente: “Ciencia que estudia los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos.” La economía es algo que atraviesa la cotidianeidad pero, ¿lo hace para todos y todas de la misma forma?

Hay diferencias en el ámbito de la economía según el género. Partiendo desde la concepción de las llamadas “tareas domésticas”. ¿Por qué deben ser realizadas sólo por mujeres? Debería ser una tarea en conjunto, no ligada solamente a las mujeres. Además, como es de público conocimiento, es un trabajo no remunerado, es decir, las amas de casa no reciben un salario por llevar a cabo las tareas del hogar. Éstas no tienen un horario fijo, es a tiempo completo. Aunque no hay motivos que justifiquen estas brechas laborales y salariales, los número hablan por sí solos.

El color no tiene género, pero si precio

La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) aseguró en marzo del 2018 que en Argentina las mujeres pagan en promedio un 13,7 % más solo por detalles como el color rosa en el envase o un packaging diferenciado. El fenómeno llamado “pink tax” o “impuesto rosa” se da esencialmente en productos de higiene personal, aunque también se detectaron casos en medicamentos, juguetes, golosinas, útiles escolares y en servicios como por ejemplo, salones de belleza y limpieza de ropa.

Hoy Mujeres Came cuenta con un estudio de mercado realizado por la consultora Focus Market – a cargo de Damián Di Pace – en base a un relevamiento en diversos puntos de ventas del país y un análisis individual de productos a través del sistema scanntech (lector scaner). Y de ahí se desprenden los datos, de más de 500 puntos de venta relevados en donde se analizaron los mismos 16 productos, de 5 categorías diferentes la diferencia en promedio en “productos para mujeres o femeninos” es de un 13,7%.

La presidenta del sector, Beatriz Tourn, manifestó que si a este impuesto oculto, se le suma que las mujeres perciben un salario entre un 25 % y un 30% menor que los hombres, la brecha se incrementa considerablemente. Aunque esta situación puede no constituir discriminación intencional de género, sí deteriora considerablemente la economía familiar ya que las mujeres son en un 85 % las  que deciden las compras del hogar. Desde la CAME opinan que es importante trabajar esta problemática porque parece pequeña, pero sumada a la brecha salarial entre hombres y mujeres, el acumulado deteriora el poder adquisitivo de las mujeres.

Asimismo, desde el Centro de Estudios, "Finanzas Públicas y Género" de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales realizaron un estudio titulado "Mucho más que una cuestión de color" para visibilizar otra forma de inequidad hacia las mujeres y aportar al debate. Al final de la nota, en el apartado Descargas, se podrá encontrar el informe. 

 

 

Contenido relacionado